
En otoño se viste de otoño
su ocre manto
su tierna sonrisa
(se esconde)
tras los labios del viento
que la besan sin prisa
bajo un árbol junto a una hilera de otros árboles: pasaje que se abre entre los adoquines
y dejan a su vista un portal bañado por la luz del sol
adonde se cobija bajo cierta tibieza naranja
para descubrir un panorama sencillo de ramas casi vacías
que se baten junto a sus manos
como una caricia que se transforma en un abrazo
de bienestar primitivo
y se sienta como una niña en aquel portal
para descansar y contemplar...
como se cubre la calle con una espuma de hojas secas
de texturas que crujen al rozarse
con el aroma salvaje de lo genuino y bello
para imprimirlo en su memoria
de recuerdos surrealistas
de vuelos con hojas
y de corrientes de agua que la arrastran por la boca-calle
de ríos urbanos hacia un pasaje sin primavera
en este Mayo sostenido por una cuerda enredada entre mil cabellos
despeinados, y al sentarse como mujer en aquel portal
piensa que entona con aquel escenario
de espíritu esencial que merodea por alguna esquina cualquiera
o en medio de una vereda despareja... en un momento de rincones felices
junto a la sintonía del espacio con su alma
del viento con su voz
de su portal con su mirada.
No comments:
Post a Comment