Tuesday, January 01, 2008
primero del 2008 en Conesa
Suena el tiempo, se detiene el segundero del reloj de la cocina, se ha adelantado la hora por el verano y hoy es el primer día del año. El calor vagabundea solitario por las calles del barrio y no hay gente a ninguna hora por la acera. Por el momento nadie se derrite. Por el momento sólo es verano. Los hijos que son mios se infiltraron a la pelopincho que nos prestó la mamá de Valentina... aunque por un grillo ahogado flotando, más algunas hojas hundidas el tiempo del agua duró un entrar y salir corriendo... La manguera dispersó su chorro y el suelo anaranjado del patio huele a laja tibia, a piso relajado. Los pies mojados se vuelven asperos y dejan las huellas que se evaporan, para luego dejarlo todo en silencio. Y la televisión aguanta a la siesta del silencio. La fiesta fue anoche se llevó los ruidos de la fiesta, de la última... con sus eternos deseos y esperanzas muy pronunciadas. Una campanilla de cristal acompaña lo que queda de viento, porque ya esta por empezar todo otra vez, como un lunes de siempre, aunque mañana ya será miércoles y todo el mundo a continuar. Me voy a revisar el reloj de la cocina, seguro que le faltan pilas.
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