destino

La flauta en la mano, los dedos llenos
la luz del aire el
circulo del viento
el músico que es maestro.
La manzanilla humeando en la tetera
el sol dentro de la casa
el tiempo comprimido en un soplido
la identidad junto al puente
cruza lo cotidiano y todo se embellece,
nada parece confuso
todo parece liviano
la visita de un maestro pasó por mi casa
Aún cuelgan las ramas de menta,
un jengibre cortado al medio,
el frasco de curry sin terminar
y su fantasma viene y va tocando el bansuri
para nosotros cuatro. Gracias.

L y N

Los te-quieros que me dicen sus pequeños ojos son las ventanas que me dan todo el aire que necesito para vivir. Los te-quieros de sus pequeñas manos son las suaves suavidades que me envuelven feliz . Cada mañana cuando despierto todos los te-quieros que florecen de sus voces son todo lo que quiero oir... y sus te-quieros son mis te quieros, nuestros te-quieros tan reales que sin fín digo te quiero y te quiero... corazones felices, ya nada más existe para mi.

Open

Se van aquellos pies apurados por la calle empedrada, con el celular apagado, olvidando las palabras, cerrando de un golpe al corazón... un tun tun que no es tan fuerte, ni tan suave, ni tan nada. Un recuerdo de palabras y miradas que se acercan y se alejan y se meten en los teclados, mientras emails que lo dicen todo no traen a nadie. Las palabras crean personas, momentos, escenas... que se limitan a un guión de vida, una situación de aires livianos, que hacen volar tan tan alto... aunque la silla se aferre a la cintura, la luz se limite a un superficial cielo de pantalla gris... donde flotan todos los puentes que conducen a todas partes sin llegar a nada. La vida mental sometida a hilos poseídos de imágenes. Un Todo tan quieto e insulso que no conduce más que a una eterna aceptación de un abandono del tun tun que se cerró. Close.