Thursday, January 11, 2007

Beatles con mate

Hoy es un día de esos pegados, como el sudor mismo, como las gotas que caen de la frente al atravesar una peatonal floridense... y aquí una está (osea yo) en mi isla nube de pensamientos que nadan dentro de gotas... cero productivos por cierto... y por esto hice algo muy sano... metí en esta chatarra de compu el cd de Los Beatles en instrumental con arreglos de una orquesta barroca y me imagino a J.L. tocando un violín quizás enredando su cabello en el arco... esto suena muy bien. Que alivio. Como mi imaginación barroca se apodera de mi con este sonido líricoooo sólo pienso en Yoko y John... jajajaja, mi padre me diría que entonces no son Los Beatles. Bueno, da igual... este mate me refresca... vaya paradoja en este calor infernal. Y el aire me hace suspirar... que alivio. La tarde está por comenzar su final. Aunque al final de la calle Arenales me espera el arenero y sus juguetes amarillos mal arreglados... y entonces el final del juego será sólo el principio, pero hoy tal vez tenga suerte y convenza a la otra parte de que llevar a los niños al parque sin mi será la propuesta top del ranking de la ideas. Mmmmmm... Ya huele a vacaciones... a sierras cordobesas, a agua clara que corre entre las piedras... El auto tendrá maletas hasta explotar... y con rumbo nos perderemos sin rumbo, y al fín escaparemos de la ciudad, de su sudor y de su gente... gente como yo, por lo que me perderé de mi misma y si tengo suerte no me he de encontrar hasta el final del viaje. Entra el viento, y aquí va otro mate... Help! con órgano, flauta, cello y violín... suena muy biennnnn... Alivio.

Saturday, January 06, 2007

reloj de arena

Cristal, cristal... que caes del ojo y transformas el aire en arena y la arena en desierto... y los pasos en huellas que se borran a través del tiempo que se estancó en un reloj de vidrio, que al girarse rápido parece quieto... y se confunde el aire con la arena... en un vaivén de oleadas de recuerdos que lo empapan todo de a poco y van dejando espacios vacíos que luego se vuelven a llenar... aunque sea por un momento entre los minutos que llegan, pasan y se van... que marcan un principio y un final en la redondez de aquel ojo que parece mirarlo todo, aunque las tormentas del desierto empañan la visión entre giros que parecen dejar alguna cosa a la vista, y al final se convierte en un fragmento de ilusión que también aparece y se esfuma... y de a poco va perdiendo el sentido todo aquello que alguna vez estuvo y se fue sin volver a empezar, dentro de un reloj abandonado en el cajón de una mesita de luz que se mece en una orilla con la intención de quebrase en mil pedazos sobre una playa de arenas blancas y de sombras verdosas, con poco viento y mucha sal... aunque seguro nunca la ha de alcanzar... por más manos que intenten llevarlo hacia allá.