Los pretorianos del partido inminente decidieron salir de casería tras los zorros del condado. La jauría de perros destrozaba pieles rojizas y ensanchaba el orgullo de los caudillos machos y de familias bien constituidas, llena de constituyentes que querían salvar al mundo de los rojos molestos come-gallinas de los zorros... para salvar a sus hijos de papelones mundiales y malos ejemplos de aquellos animales salvajes que no comprendían la biblia, la torá ni el corán... Tras la casería de la libertad olvidaron que aquello que despedazaban e intentataban eliminar de la faz de la tierra tenía piel y piernas como ellos... Pasó el futuro, y los descendientes de los cazadores inminentes comprendieron un día, que aquella casería había sido de patobica, ultraaparthaid y hitleriana... en aquel maltratado mundo lleno de soberanos de la moral.
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